Escribo, dibujo, pinto, tejo y envuelvo desde la intuición y desde la auto observación. Mi poética no tiene delineamientos precisos, es el ejercicio de dejar emerjer lo que está adentro y profundo, lo superficial e impreciso, abordando los intersticios, las cicatrizaciones. Atenta a los ciclos externos naturales y los internos inevitables. Conectada a lo intangible, lo efímero, lo imposible, la magia y a todo lo que se pueda susurrar como vía de expansión de conciencia, sabiendo la existencia de infinitas posibilidades y manifestaciones al unísono, universales e individuales. Creo en el poder de la palabra y del pensamiento, en el poder de los eclipses y las conjunciones estelares, creo en la frecuencia como lenguaje y en la transformación, en las erupciones y la lava como fluido expelido y nutricio fertilizador, creo en la muerte y en el nacimiento como expresión de lo mismo, creo en las infinitas capas que nos envuelven, como piel de cebolla, en los grandes saltos que damos y los que retrocedemos para seguir adelante. Creo necesario el diálogo interno como reflexión y resistencia, más hoy, que la invitación es mirar hacia dentro, aunque te retuerzas de dolor o placer porque todo es posible y a la vez.